El Cardenal Angelo Amato beatifica a 18 mártires cistercienses en la Catedral de Santander.

La Iglesia tiene desde este sábado, 3 de octubre, 18 nuevos beatos mártires de la persecución religiosa del siglo XX. Se trata de 16 religiosos cistercienses del monasterio de Cóbreces de Cantabria y de 2 monjas, de la misma orden, del monasterio Fons Salutis de Algemesí, de Valencia.

La misa de beatificación se celebró en la catedral de Santander presidida por el cardenal, Angelo Amato, Prefecto de la Congregación  para las Causas de los Santos, del Vaticano.
Entre los presentes, se halló como concelebrante en el presbiterio, el religioso cisterciense, Félix Martín Rubio, de avanzada edad y hermano de uno de los monjes beatificados, de Marcelino Martín Rubio.
La celebración destacó por la asistencia de más de cien familiares de los mártires beatificados, venidos de diferentes puntos de España, así como por la presencia masiva de fieles y por la unción y belleza de la ceremonia, en la que se encontró, entre otros muchos obispos, el Nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini y el obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge, que actuó como prelado anfitrión.
Mons. Sánchez agradeció el testimonio que suponía la elevada asistencia de fieles e invitó “a encomendarse a estos nuevos beatos” de la Diócesis de Santander que ahora son una gran patrimonio espiritual de la Iglesia.
Palabras de Mons. Amato
Por su parte, el cardenal Angelo Amato destacó en su homilía que estos nuevos mártires invitaban “a perseverar en la fe”, y por eso la Iglesia “trata de recordar su heroísmo, que es una herencia preciosa de civilización y de auténtica humanidad”. Sus nombres -agregó- “no están escritos sobre arena, sino en el corazón de Dios”.
Mons. Amato significó que “el único pecado que cometieron estos monjes fue el testimonio de una vida contemplativa consagrada, toda ella, al Señor y a la ayuda del prójimo necesitado”. “En la dulce y amable tierra española había llegado la hora del anticristo”, apostilló el cardenal romano.
No renunciaron a Cristo
Además señaló que “estos mártires no se avergonzaron de Cristo” porque tenían la certeza de que “nadie les separaría del amor del Señor, y con su fe firme salieron victoriosos de sus enemigos”.
Mons. Amato indicó que, hoy, estos nuevos mártires nos enseñan al resto de sus hermanos religiosos a “perseverar en la fidelidad” a su vocación, en la oración, y en la alabanza al Señor. Ellos sostienen así a la Iglesia con su sacrificio cotidiano en favor de la redención del mundo y de la edificación de la propia Iglesia”.
Igualmente, dijo que el testimonio de estos nuevos beatos exhortan a mantener “siempre abierta la puerta del monasterio a los que buscan asistencia, consuelo y ayuda”, en alusión a “tener así especial disposición hacia los pobres”.
Igualmente dio a conocer que con los nuevos 18 religiosos beatificados en la catedral de Santander, el número total de mártires en España se eleva a 1.544, y recordó que existen procesos de beatificación en marcha.
Los nuevos beatos son 16 religiosos cistercienses del monasterio cisterciense de Cóbreces en Cantabria (Diócesis de Santander) y de 2 monjas más cistercienses del monasterio de Fons Salutis de Algemesí, en Valencia.
Nómina de los nuevos beatos mártires de la fe
Los nuevos mártires son Pío Heredia (Álava), Amadeo García (León), Valeriano Rodríguez (León), Álvaro González (León), Antonio Delgado (Burgos), Eustaquio García (Palencia), Ángel de la Vega (León), Ezequiel Álvaro de la Fuente (Palencia), Eulogio Álvarez (León), Bienvenido Mata (Burgos), Marcelino Martín (Palencia), Leandro Gómez (Burgos), Eugenio García (Burgos), Vicente Pastor (Valencia), José Camí (Lérida), Micaela Baldoví (Valencia) y Natividad Medes (Valencia).
El religioso cisterciense del monasterio Viaceli de Cóbreces, Francisco Rafael Pascual Rubio, ha sido el encargado de llevar a cabo el proceso de beatificación, causa que comenzó en 1964. En la misa de beatificación no pudo evitar emocionarse al narrar la vida y circunstancias en que sus hermanos mártires encontraron una muerte violenta.
Al respecto destacó que estos mártires “eran unos sencillos monjes trabajadores del campo y de la quesería del monasterio y que nunca se inmiscuyeron en actividades políticas”. Por ello, calificó de “injustas” las muertes de estos monjes y monjas que “murieron sin odio y perdonando a sus agresores”.
Asistentes a la Beatificación
En la misa de beatificación de 18 mártires en la catedral de Santander estuvieron presentes los obispos de Santander, Mons. Manuel Sánchez; de Oviedo Mons. Jesús Sanz y su Auxiliar Mons. Juan Antonio Menéndez; de León, Mons. Julián López; Astorga, Mons. Camilo Lorenzo; el administrador diocesano de Palencia, D. Antonio Gómez; el obispo de Victoria, Mons. Miguel Asurmendi, y el obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino.
Igualmente se halló el prelado del Arzobispado de Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín, así como una elevada presencia de monjes y monjas cistercienses, entre las que figuraron muchas madres abadesas.
También asistieron las comunidades de religiosos de Cóbreces, y la femenina del monasterio de Los Prados de Liérganes, ambos de la Diócesis de Santander.

 

Celebraciones posteriores

Por otro lado, el 9 de octubre, la abadía de Santa María de Viaceli, (monasterio de Cóbreces), celebró a las 18.30 horas unas Vísperas solemnes para la veneración de las reliquias de los mártires y la colocación de la urna en la iglesia de la abadía.

La misma iglesia de Cóbreces acogió el 10 de octubre, a las 12.00 horas, una solemne Eucaristía de acción de gracias por la beatificación de los monjes y las monjas mártires que fue presidida por el obispo de Santander, Mons. Sánchez Monge.