¡¡¡Gracias a cuantos habéis rezado por nosotros!!!
Los ejercicios de este año han sido para mí -nos dice Ramón- como un gran “examen de conciencia” en el que, a partir de los ejercicios ignacianos y los distintos pasajes de la Sgda. Escritura que nos proponía D. Alejandro Castillo, he podido revisar cómo anda mi seguimiento del Señor en el día a día. Al igual que el joven rico, hay muchas cosas de las que desprenderse para poder dar ese salto que pegó el ciego Bartimeo dejando el manto atrás, para ser sanado y seguir a Jesús. Pero sobre todo, como telón de fondo, el sentirse abrazados por el Amor de Dios que sale a nuestro encuentro como Creador, Redentor, Misericordioso, Resucitador…
“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Sal 125).