Primer relato de la creación en Gn 1: Se repite el “Hágase” y se “hacen” las obras de Dios. Pero en el 6º día, este “hágase” queda sometido al “sí” de los hombres.
El evangelio que leemos el día de la Inmaculada nos recuerda que en María se cumple ¡por fin! esta expectativa… es el comienzo de la Nueva Creación en Cristo, por María.
En Lc 1, 26-38 resuenan todos los relatos de vocación del A. T. y también los nuestros propios: también nosotros hemos sido agraciados, llamados, vocacionados… en cuanto bautizados, en cuanto cristianos, en cuanto aspirantes al sacerdocio…
En esta mañana, a la luz de este relato de la Anunciación y de la segunda lectura (Ef 1, 3-6.11-12) os invito a abrirnos a la grandeza de la gracia y del don que, como a María y salvando las distancias, Dios nos ha hecho por estar en el seminario. Que vuestra oración os ayude a sentir y vivir la gratitud y la alabanza, y que en estos momentos que son de “arenas movedizas” a muchos niveles, el Señor os de la gracia de encontrar esos puntos luminosos y sólidos en los que apoyar y sostener la vocación.
Comenzamos: