4 DE AGOSTO: SANTO CURA DE ARS, patrono de los párrocos del mundo

«Dios de poder y misericordia, que hiciste admirable a San Juan María Vianney, presbítero, por su celo pastoral, concédenos, por su ejemplo e intercesión, ganar para Cristo nuevos hermanos en el amor y poder alcanzar con ellos la gloria eterna.» (Oración colecta del día).

Pasamos alli este verano, a finales de julio, unos días de descanso y oración, acogidos en el Seminario Internacional Juan Pablo II de la Asociación Sacerdotal San Juan María Vianney.

En el viaje, antes de llegar a Ars, pasamos por Tours y oramos ante la tumba de su obispo San Martín, -el que repartió su capa con el mendigo. Visitamos su impresionante catedral y celebramos misa en una pequeña capilla en la calle de las ursulinas. (Jueves 19).

También pasamos por Nevers, visitamos su catedral y oramos ante el cuerpo incorrupto de Santa Bernardette Soubirous. (Viernes 20).

No pudo faltar la visita al pueblo natal de San Juan María Vianney, Dardilly, donde se conserva todavía la casa natal del santo cura. (Sábado 21).

La cercanía de Lyon nos invitó a subir hasta el impresionante santuario de Ntra Señora de la Fourvière, desde donde se divisa una preciosa vista de Lyon. También (pero esto fue otro día, el miércoles 25), nos acercamos al lugar donde comenzó, de la mano de Antonio Chevrier (1826-1879), la Asociación de Sacerdotes de «El Prado» .

Muy cerca de Ars, hacia el norte, se encuentra Châtillon-sur-Chalaronne. Aquí, en este pueblito, en 1617, donde estuvo destinado unos meses, comenzó San Vicente de Paul su obra de atención a los pobres. En la parroquia fuimos acogidos para la celebración de la Eucaristía dominical (nos llamó la atención la presencia de numerosos matrimonios muy jóvenes con niños y cómo participaban)… Tras la misa, la hermana Teresa nos guió en la visita a la casa -hoy convertida en casa de acogida vicenciana-donde tuvo su habitación el fundador de las Hijas de la Caridad. (Domingo 22).

El domingo 29, la celebración de la Eucaristía en la comunidad de Taizé puso fin a nuestra estancia en este rincón de Francia.