Misa de domingo en el Centro Hospitalario, Padre Menni. Preside el Rector del Seminario.
Terminada la Eucaristía, y antes de que el sacerdote llegue a la puerta de la sacristía, se acerca uno de los internos. Abraza al sacerdote, y antes de despedirse, dándole un gran beso en la frente le dice: «Te envidio porque eres sacerdote».
«El que no se haga pequeño como un niño…» (Mt 18,3).